Ventajas de los ladrillos refractarios de arcilla ligera
Los ladrillos refractarios de arcilla ligera son materiales de aislamiento térmico esenciales en el ámbito industrial, con muchas ventajas como un peso reducido y un rendimiento térmico mejorado.
Breve introducción del ladrillo refractario de arcilla ligera
Los ladrillos refractarios de arcilla ligera se utilizan principalmente en hornos industriales. Están hechos de arcilla y pasan por una serie de procesos como la dosificación, el moldeado, el secado y la cocción para crear este material poroso y ligero.
¿Cuáles son las ventajas de los ladrillos refractarios de arcilla ligera?
- Ligero: Los ladrillos de arcilla livianos tienen una densidad de volumen de 0,5-1,3 g/cm³, lo que los hace más de un 20 % más livianos que los ladrillos de arcilla estándar. Pueden reducir el peso total de los hornos de alta temperatura y los costos de transporte.
- Alta resistencia: estos ladrillos tienen grados de resistencia de MU3.5 a MU10, que pueden cumplir con diversos requisitos de construcción.
- Aislamiento térmico: La estructura microporosa contiene una gran cantidad de bolsas de aire, lo que mejora el aislamiento térmico al minimizar la transferencia de calor.
- Fácil de instalar: Las tejas de arcilla livianas se pueden manipular e instalar fácilmente utilizando métodos de construcción tradicionales, ya que son similares en tamaño y forma a las tejas de arcilla tradicionales.
Proceso de producción de ladrillos refractarios de arcilla ligera
El proceso de producción de ladrillos de arcilla livianos implica varios pasos que incluyen la dosificación, el moldeado, el secado y la cocción.
- Dosificación: Esta etapa crítica implica la formulación del producto en función de las especificaciones del producto y las propiedades de la materia prima. Los materiales principales suelen incluir arcilla, pizarra y ganga, a los que se añaden los aditivos y modificadores adecuados según sea necesario.
- Moldeado: El moldeo es una etapa importante en el proceso de formación de ladrillos. Las técnicas de moldeo más utilizadas son el prensado, la vibración, la extrusión, etc.
- Secado: Después de formarlos, los ladrillos se secan para eliminar la humedad y las sustancias volátiles. Los métodos de secado más comunes incluyen el secado natural y el secado asistido por calor.
- Cocción: El paso final es calentar los ladrillos secos a altas temperaturas para lograr una estructura cristalina estable. La temperatura y el tiempo deben controlarse cuidadosamente para cumplir con los requisitos de los diferentes productos.